LA EXPLOTACIÓN INFANTIL
Es una vergüenza que mientras
nosotros vemos el mundo como diversión y estudios, otros lo vean como trabajo y
esfuerzo. Me refiero a la explotación infantil.
Este problema es culpa de una
sociedad, que niega a los niños su derecho a estudiar, incumpliendo así el
artículo 7 de los derechos humanos.
Lo más lamentable es que estos
niños trabajan entre 12 y 13 horas diarias en condiciones penosas, para cobrar
un máximo 20 euros al mes, que además de ser una miseria, tienen que dárselo
todo a sus padres para ayudar a la situación económica de su familia.
La mayoría de estos niños
trabajan en basureros, fabricando ladrillos a mano, extrayendo artesanalmente
oro, o trasportando la piedra pómez que es una piedra volcánica pesadísima.
Estos niños realizan estos pesados trabajos con edades comprendidas entre 5 a 17 años. A la edad de 17 los niños como están
hartos de trabajar en esas condiciones, suelen escaparse,y viven normalmente
en la calle. Para estos niños la vida no es vida, y por culpa de gente sin
escrúpulos, han perdido su infancia.
Además estos niños no son tratados
como personas, ni por los que los
explotan ni a veces por sus padres. Os contaré un ejemplo sangrante. En Bolivia
una explosión se llevó la mano de un niño, y su padre no tenía dinero para
pagar el hospital, así que en vez de vender su vaca, y salvar la vida de su
hijo, prefirió dejar morir a su hijo y quedarse la vaca. Esto es una
barbaridad, y al oírlo nos escandalizamos, pero para cambiar estas situaciones no hacemos nada y esto es lo lamentable. Ayudar a estos
niños es una obligación moral, ya que estos niños no se merecen una infancia tan
triste y dura.
Paula Hermoso de Mendoza Noviembre 2012
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