Niños y niñas condenados a muerte
Nosotros somos gente de ciudad. Tenemos alimentos, escuelas, centros de
salud… y todo lo que nos hace falta, está al alcance de nuestras manos. Pero, en
el mundo, hay más de 300 millones de niños y de niñas de entre 5 y 17 años que
son explotados, y eso, a nosotros, no nos quita el sueño.
Para empezar, a estos niños se les niega el derecho a una educación digna y
a una infancia como la de los demás niños. Su escuela es trabajar y trabajar.
Las condiciones de su trabajo son
durísimas. Trabajan entre 12 y 13 horas
y su sueldo oscila entre 15 y 20 euros al mes. Su sueldo es muy parecido a la paga que nuestros padres nos dan. Son niños
agricultores, pastores, recolectores
de basura. Trabajan extrayendo artesanalmente oro, fabricando ladrillos, extrayendo la piedra pómez…Como veis, una vida guay. Además, a causa del esfuerzo de su duro trabajo, sufren muchas enfermedades y carecen de
médicos y hospitales.
Ayudar a estos niños es una obligación
moral, ya que son niños esclavizados y obligados a trabajar desde pequeños. Piensa un momento... si fueras tú el que vive
en esa situación, y no recibieses ninguna ayuda. Sería como condenarte a muerte. Si conseguimos cambiar las leyes, estoy segura de que los niños esclavos nos lo agradecerán.
Alba Irisarri, noviembre 2012
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