![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisyPpyzpCmUDq41eHZfv1GNtXyzaoIGSDX6-7uTt9Cv4rksbCh5MCCDCX7x0qVgDc-IxqiIpVUuEtgdfMJN0TIQP5lTGY3xQ4HcJXAZO0fsiEu9qHV3i8JOnIcZr0wgnhnf1kIwQNmo8bn/s320/consumo.jpg)
Actualmente, para nuestra desgracia, el dinero se ha convertido en el centro de todo. Todo gira en torno al dinero, hasta tal punto que se ha convertido en una obsesión: el que no lo tiene, aparenta que lo tiene.
Trabajamos para tener dinero, y nos gastamos el dinero que ganamos y todavía más, porque tenemos que tener el coche más potente del pueblo, la casa más grande que la del vecino, nuestras vacaciones tienen que ser a un lugar más lejano que nadie, nuestra ropa tiene que ser de la marca que está de moda, comemos en los restaurantes caros
Eso sí, igual a la noche sólo podemos cenar una sopa de sobre. Pero no importa, como nadie nos ve, nadie lo sabe. Al día siguiente contaremos a todos lo bueno que estaba el chuletón de la cena y seguiremos el juego.
Nos gastamos todos nuestros ahorros, si es que los tenemos. Vivimos al día y nos gastamos todo el dinero de nuestro sueldo del mes. Y si no nos llega, no tenemos ningún problema en ir corriendo al banco a pedir un préstamo para el viaje al Caribe, o para el banquete de la comunión, o para vestir el último modelo…
Y nos llega la crisis mundial: no hay trabajo, aumenta el paro, escasea el dinero, no podemos consumir… Nos tenemos que apretar el cinturón y olvidarnos de la sociedad del bienestar de la que tanto hemos disfrutado.
Saioa Eraso Enero 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario