Orrialde nagusia

viernes, 11 de marzo de 2011

Explotación Infantil


Mucha de la ropa que nos ponemos está hecha en países del 3 mundo por niños que son explotados por multinacionales por un sueldo miserable.

Esos niños deberían estar en escuelas formándose para optar a un futuro mejor. Son los adultos los que deberían hacer estos trabajos a cambio de un sueldo digno contando con los mismo derechos laborales que en occidente.

Según datos de UNICEF unos 350 millones de niños son explotados en el mundo: 65% en Asia, 30% en África, 5% en América Latina. Un 40% del total trabajan en actividades peligrosas y tóxicas como minería, construcción, manejo de maquinas peligrosas, fábricas de tintes....

De este modo se atenta contra los derechos fundamentales del niño, contra su salud física y mental y se le impide acceder a un futuro digno..

Ya es hora de que los países desarrollados dejemos de consumir productos fabricados por niños. Deberíamos denunciar públicamente a las empresas y marcas que lo hacen, aplicando severos castigos a los explotadores que cometen impunemente “crímenes contra la humanidad”. Los países ricos nos debemos comprometer con el desarrollo de los países del tercer mundo para erradicar su pobreza.
Josune Valerio, marzo 2011

2 comentarios:

Miguel Gallego dijo...

No es justo que unos desgraciados niños en consecuencia a su ubicación o su pobreza estén obligados a trabajar en una fabrica de ropa, coches... cobrando una miseria de sueldo para ayudar económicamente a sus padres, mientras aquí, en los países del primer mundo gozamos de una situación muy buena teniendo la posibilidad de estudiar hasta los 27 y esto ni siquiera lo apreciamos debidamente. Además, al estar continuamente en contacto con una maquina peligrosa y sucia causa muchos estragos en la salud de esto pobres niños, y el peligro de accidente es muy grande porque no hay suficientes medidas de seguridad.

Artzai dijo...

Cruel e injusto, treméndamente triste.
Crea ceguera la causa de que mientras en un país primer mundista como el nuestro, estamos gozando de todas las comodidades y calidades de vida, en los países tercermundistas los niños sufran de todo tipo de injusticias.

Los explotan, esa vida no tiene las características de una etapa infantil, trabajan, sufren, no les dejan sentir, pensar... Les quitan la personalidad.

Los que vivimos el mundo del bienestar debemos coger el compromiso de ayudarles, teniendo por lema que todo tiene solución menos la muerte, debemos conseguir que estos pobres chicos disfruten de una vida digna, porque si todos ponemos algo de nuestra parte, ¡Podemos!